martes, 6 de marzo de 2012

RESTAURANTE MARINO




Como ya dije en otro post, soy asiduo a visitar la costa levantina de Alicante. Recuerdo como mis padres me cuentan, siempre que voy con ellos por allí, como pasé mis primeras vacaciones en Guardamar del Segura cuando contaba solo con 14 días de vida, tras un viaje en un Citroën GS de más de 8 horas y acompañado de 5 ocupantes más. Burradas que se hacían antes, cuando los hombres éramos hombres (y nos tocaba demostrarlo al poco de nacer). Después de Guardamar, vino Torrevieja, San Juan, Los Arenales del Sol, Gandía, Cullera, Denia, Santa Pola y Calpe. Algunos solo una vez y otros repitiendo varias veces.

 Unas ocasiones, los viajes han sido de noche, otras de día, unas veces solo en mi coche, las más yendo varios coches llenos y juntos. Viajes de fin de semana, muchos con salida el lunes hasta el jueves siguiente, en ocasiones cogiendo el peaje, las menos subiendo el puerto de Guadarrama, primero por la autovía de Ocaña, luego por la A-3 y ahora por la AP-36. He viajado en un Citroën GS, en un AX, en un Seat Ibiza I, en una Renault Express, en un Opel Corsa, un Astra, un Nissan Almera, un Alfa 147, un Mercedes C180 y en un BMW 525. Cada viaje ha sido distinto al anterior, pero todos han tenido una cosa en común: parada en el Marino.

 El restaurante Marino se encuentra en la autovía A-3, en el kilometro 168, en la localidad de Honrubia, perteneciente a la provincia de Cuenca. Es un área de servicio de gran afluencia de vehículos, especialmente los fines de semana y puentes y durante el verano. No es un restaurante que tenga una especialidad que no se pueda dejar de probar, simplemente la especialidad de la casa es la calidad de sus productos y el buen trato al cliente. Hemos parado a desayunar un café con algún dulce de bollería; a comer un menú del día; a cenar un bocadillo (nada de prefabricados, la estrella es el de panceta  a la brasa) o a picar algo de madrugada. Son muchas experiencias en éste bar y todas buenas. Amplio aparcamiento, tienda de comestibles y productos típicos, 24 horas, trato personalizado, nada de autoservice que se ha puesto de moda en los áreas de servicios. Aquí se viene para hacer un alto en el camino y coger fuerzas para el resto del viaje, que curiosamente, a nosotros se nos cumplía aquí el ecuador.

 Lo dicho: no es un sitio para ir de proceso, pero si un lugar que visitar si te pilla de paso y debes hacer un alto en el camino. 

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