jueves, 21 de abril de 2011

Pulpería Narcea (Santa Pola)

Suelo ir a Santa Pola de vacaciones. Siempre he tirado para esa zona de Alicante, antes fue Guardamar, San Juan o Los Arenales del Sol. Me gusta por la tranquilidad de sus playas, no suele haber el agobio de Benidorm, Torrevieja o, últimamente, Calpe, Gandía o Denia, pero hay de todo.
 Santa Pola es un pueblo más pesquero que turístico, muy conocido, también, por estar justo enfrente de la Isla de Tabarka. Cada día desde aquí parten numerosos barcos de turistas hacia la Isla, normalmente para pasar el día y volver al finalizar la jornada. Una de las maravillas de Santa Pola es su lonja, una de las mejores del litoral valenciano e incluso de España. Ésta podía ser una de las claves del éxito del restaurante que os vamos a presentar a continuación.
Es raro encontrar un restaurante asturiano en la zona de Alicante y mucho menos lo es de tan alta calidad. Pero existe, y se llama Restaurante Pulpería Narcea. Ubicado entre el puerto y la Playa Lisa (la más larga de todas), no muy alejado tampoco del centro de Santa Pola, en una de las mejores zonas de ésta localidad. Está un poquito escondido en la glorieta donde da comienzo la Avenida Vicente Blasco Ibáñez.
 Su carta es extensa y variada. Y todo bueno. Es increíble encontrar tanta variedad y que todo tenga una calidad tan alta. Puedes comer arroces cocinados de muchas maneras distintas, chorizo a la sidra, lacón a la gallega, paté casero, carne a la piedra, mariscos a la plancha, los más frescos pescados recién traídos de la lonja o, incluso, el cordero asado. Puedo dar fe que todo está riquísimo, aunque lo mejor merece mención aparte.
 Cuando vamos al Narcea, llevamos nuestro menú ya pensado, gracias a la experiencia de visitarlo a menudo. Normalmente son comidas familiares, entre 8 y 12 comensales, y todos lo tenemos claro. Ir al Narcea y no probar las fabes, es un delito que debería estar penado con la pena capital. Buenísimas, muy espesas, se sirven en una sartén alta y las puedes comer con tenedor, como si comieras callos, pero con un sabor a guiso asturiano que quita el hipo. Lo acompañamos con el pulpo a la gallega, bien cocido y acompañado de catxelos, esos trozos de patata cocida que le dan un sabor que le hace sentirte un privilegiado a quién lo prueba. No suele faltar tampoco el lacón a la gallega, muy bueno también. Detrás, un solomillo a la brasa o, en su defecto, unas cocochas de bacalao buenísimas. Siempre salimos contentos.
 ¿El precio?. Pues no es barato, pero la verdad es que la materia prima merece un esfuerzo. Es de esos sitios donde pegarte un homenaje de vez en cuando, así lo valoras más. Por cierto, el trato de los camareros es excelente y el dueño del Narcea hace una visita a todas las mesas cuando están acabando de comer.  Pequeños detalles, pero que gustan.